Las empresas industriales han invertido tiempo y esfuerzo en optimizar sus operaciones, pero los procesos de desarrollo de producto a menudo se muestran más lentos e ineficaces. Nunca son una prioridad, hasta que lo son. En este momento conviven modelos de negocio emergentes, con gran potencial de crecimiento y ciclos de vida previsiblemente cortos, con modelos de negocio clásicos y maduros que muestran crecimientos sostenidos pero que, aparentemente, son considerablemente estables en el tiempo. Los segundos no nacieron ayer, es evidente, sino que son el fruto de un trabajo multigeneracional que los ha hecho despegar, crecer y aguantar todo […]