Pese a entender y conocer en mayor profundidad los procesos psicológicos de toma de decisiones, los directivos también somos consumidores viscerales que hacemos análisis parciales para justificar compras que, simplemente, nos hacen sentir mejor.   Hace años que, desde la psicología, se defiende la idea de que la toma de decisiones racional es, a menudo, una mera fantasía que justifica una toma de decisiones previa y completamente visceral. Desde esta perspectiva, el argumentario que hay tras la decisión elegida busca afianzar y apuntalar de razón esas emociones positivas (o menos negativas) que hemos experimentado, o creemos que experimentaremos, como resultado […]