Aunque creemos que todas las atribuciones que realizamos tienen lógica y están bien fundamentadas, cometemos errores básicos de percepción. A ese efecto lo llamamos sesgo. Todos tenemos un amigo coñazo que cuando se le mete algo entre ceja y ceja lo repite hasta la saciedad, ¿verdad? El mío se llama Óscar y nos lleva a todos de cabeza hablándonos de sesgos. De hecho, tengo la percepción de que ahora se habla más de sesgos que antes. ¿Estará sesgada esa atribución? Pues seguro. Hoy voy a compartir con vosotros ese sufrimiento y os voy a exponer muy por encima cómo […]